Camino a la Beatificación

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10 abril 2018

Mons. Urbanc en la misa de homenaje del ámbito de la Salud


“Jamás pierdan de vista que la Vida es un don de Dios y deben cuidarla”

El lunes 9 de abril, segundo día del Septenario, rindieron su homenaje a la Virgen del Valle el ámbito estatal y privado de la Salud: hospitales, sanatorios, institutos, Círculo Médico, Colegios Auxiliares de la Medicina: Colegio Médico, Farmacéutico, Odontológico, Kinesiólogos, Anestesistas, Psicólogos, Bioquímicos, entre otros;  PAMI, OSEP, SAME, ECA, Emecor y EMI; Pastoral de la Salud, Pastoral de las Adicciones y Servicio Sacerdotal de Urgencia.
La Santa Misa fue presidida por el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, y concelebrada por el Obispo Prelado de Cafayate, Mons. José Demetrio Jiménez, y sacerdotes del NOA, quienes ya se encuentran en Catamarca para participar del Encuentro Regional de Sacerdotes, que inicia el martes 10 y se extenderá hasta el jueves 12.

El Santuario Mariano se vio repleto de trabajadores de los hospitales, sanatorios, obras sociales y servicios de emergencia médica, quienes arribaron a la Catedral Basílica portando las imágenes de la Virgen que veneran en sus lugares de trabajo, acompañados de sus autoridades, entre las que se encontraba el Ministro de Salud de Catamarca, Dr. Ramón Figueroa Castellanos.  
Durante la ceremonia litúrgica, la proclamación de la Palabra de Dios estuvo a cargo de representantes del sector.
En un tramo de su homilía, Mons. Urbanc compartió con los trabajadores del campo
de la salud, “algunos criterios que como católicos no pueden dejar de lado”, dijo, apuntando que “los agentes de la salud siempre personalicen y humanicen su trato con los enfermos cuando utilizan los instrumentos que brindan la ciencia y la técnica. La permanente capacitación en la propia especialidad o tarea deben hacerla a conciencia, pues siempre tratarán con seres humanos en quienes tienen que ver a Jesús sufriente y necesitado de un trato digno y cercano”.
“Respecto de la Vida naciente, jamás pierdan de vista que la Vida es un don de Dios. El hombre recibe la vida de Dios y
debe cuidarla según los criterios que Dios dispuso para ello. Un católico siempre respetará toda vida humana desde su concepción hasta su partida natural”, enfatizó, agregando que “un católico, que se precie de serlo, protegerá con especial esmero la vida en su fase terminal terrena. Se esmerará en hacer tomar conciencia tanto a los enfermos como a sus familiares de la realidad fundamental y decisiva de la resurrección que le da sentido a todo empeño humano. Han de capacitarse para saber presentar la esperanza cristiana a los moribundos y el consuelo a sus familiares. Lo cual ya es una tarea para sí mismos”.
En lo referente a lo económico, afirmó que “un católico de verdad tendrá bien claro que la salud no es un ‘negocio’, en el que el criterio último de su funcionamiento sea el ganar más
dinero, sacar todas las ventajas posibles, sino un servicio de la más pura caridad cristiana, que le exigirá utilizar los recursos con sapiencia administrativa”.
Por último, aseveró que “debe quedar en claro que cualquier hospital o centro de salud, sea como institución, sea a través de sus agentes, no debe cooperar con ninguna acción moralmente inaceptable”.
En el tramo final de su reflexión, el Obispo rogó a la Madre del Valle que escuche “las plegarias que elevamos a tu Hijo Jesús, por medio de tu maternal intercesión, por todas las personas que trabajan en centros de salud, para que nunca pierdan de vista que el enfermo que llega es una persona, un hermano, un coheredero de la vida eterna, un otro cristo que necesita de ellos. Consígueles las gracias que necesitan para poder ser un buen samaritano, un cirineo, un Misericordioso Jesús para el hermano que sufre, que está desconsolado o que agoniza”.
En el momento de las ofrendas, los alumbrantes acercaron al altar, junto con los dones de pan y vino, alimentos no perecederos y de limpieza, que servirán para la atención de los hermanos peregrinos.
Al finalizar la Eucaristía, Mons. Urbanc bendijo las ambulancias ubicadas en el Paseo de la Fe.