Camino a la Beatificación

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02 octubre 2017

El Obispo consagró el altar y dedicó el templo de San Antonio de Padua

El domingo 1 de octubre, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, consagró el altar y bendijo el ambón, la nueva capilla del Santísimo, la pila bautismal y las bases de las imágenes de San Antonio de Padua y de la Virgen de la Medalla Milagrosa, y dedicó el templo parroquial ubicado en la intersección de calles Almagro y Tucumán.
La ceremonia fue concelebrada por el párroco, Pbro. Bartolomé Centeno, y el Pbro. Lucas Segura. El templo remodelado recientemente fue colmado por los fieles del sector, quienes acompañaron con emoción
cada paso de los ritos sagrados.
Luego de la lectura del decreto correspondiente, Mons. Urbanc bendijo la pila bautismal que fue trasladada hasta el ingreso del templo, y luego roció con el agua bendita las paredes y a los fieles presentes. Y antes de la proclamación de la Palabra de Dios, realizó la plegaria de bendición sobre el ambón.
En su homilía, Mons. Urbanc destacó la importancia de la celebración y el templo que “está todo renovado, esto es un motivo de gran alegría. Estuve aquí por última vez
en junio, en la fiesta patronal y desde entonces se han propuesto hacer todas estas modificaciones, para que este templo sea cada vez más digno de las celebraciones del culto y de los sacramentos”.
Después del rezo del Credo, se cantaron las Letanías de los Santos y se rezó la oración de dedicación del templo. Luego, el Obispo ungió con el Santo Crisma, el altar y las cuatro cruces adosadas a las paredes, que representan a los cuatro evangelistas.
El rito de consagración continuó con la quema del incienso sobre el altar, para
significar que el sacrificio de Cristo sube a Dios como suave perfume. Seguidamente, miembros del Consejo Parroquial revistieron el altar con el mantel, velas y flores.
Posteriormente, se celebró la Eucaristía, parte principal de toda la ceremonia, que consagra el altar y el lugar de la celebración.
Luego de la comunión, se bendijo el sagrario y las bases de las imágenes de San Antonio de Padua y de la Virgen de la Medalla Milagrosa.

Para finalizar, los presentes firmaron el acta y besaron con devoción el altar consagrado.