Camino a la Beatificación

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24 octubre 2015

Religiosa catamarqueña fue elegida Superiora General de su Congregación

La Hna. Liliana del Carmen Quesada, oriunda de Catamarca, fue elegida Superiora General de la Congregación de las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena, en Roma donde reside desde hace seis años.
Su designación se concretó el 12 de octubre de este año, oportunidad en que fue elegida en forma unánime para asumir la mayor responsabilidad en la conducción de la congregación a nivel mundial.
La Hna. Liliana nació el 2 de noviembre de 1958. Es la quinta de seis hermanos y desde muy joven sintió la vocación al servicio de los más pobres y afligidos.
Cursó sus estudios primarios en el Colegio Nuestra Señora del Huerto y los secundarios en la Escuela de Comercio Jorge Newbery, en la ciudad capital de Catamarca.
Estudió Medicina en la vecina provincia de Tucumán, y al día siguiente de recibir su título de Médica ingresó a la Congregación de las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena, donde hizo sus votos perpetuos hace 26 años.
Con su título de Médica y su vocación para ayudar a los más necesitados y, a través de la caridad comunicarles a Dios, dedicó su vida al cuidado de enfermos y minusválidos. Trabajó en el Cotolengo Don Orione y atendió a muchos enfermos en los hospitales de Buenos Aires, especialmente a los afectados por el SIDA.
Desde hace seis años vive en Roma, donde hasta hace poco tiempo cumplió funciones de Vicaria de la Congregación de las Hermanas de los Pobres de Santa Catalina de Siena. Sobre su fundadora, San
Juan Pablo II dijo en 2003 que “se consagró a Dios y a los hermanos más necesitados, inspirándose en los cuatro grandes amores de santa Catalina: la Eucaristía, el Crucifijo, la Iglesia y los pobres”. Ese fue el carisma que guió a la Hna. Liliana para vivir su entrega generosa y total a Dios y a la Iglesia.

A principios del mes de octubre, se le confió una gran misión en esa comunidad religiosa dedicada a difundir el evangelio de la caridad especialmente entre los pobres. Una gran alegría para la Iglesia en Catamarca.