Camino a la Beatificación

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10 agosto 2015

Festividades de Santo Domingo en el Monasterio

El sábado 8 de agosto, en la capilla del Monasterio Inmaculada del Valle, ubicado camino a El Jumeal, se llevaron a cabo los actos litúrgicos en honor a Santo Domingo de Guzmán, Santo Patrono de la comunidad de las Monjas Dominicas, con la participación de una gran cantidad de de fieles. Los cantos estuvieron a cargo del coro Cantus Nova, dirigido por el Prof. Ariel Escobal.
La celebración eucarística fue presidida por el Pbro. Armengol Acevedo, párroco de la comunidad de Santa Rosa de Lima, a cuya jurisdicción pertenece el Monasterio de las Monjas Dominicas.
Durante su homilía, manifestó: “Hoy celebramos al fundador de esta comunidad religiosa y su fiesta litúrgica nos invita a volver nuestra mirada al Evangelio, que es en primer lugar la
persona de Jesús, su vida, sus gestos, sus comportamientos, es la Buena Noticia. En el texto bíblico hemos escuchado que Jesús manda a decir a los discípulos que digan a la gente que Dios está viniendo para reinar, para salvar. Y ésta es precisamente la gracia que recibió Santo Domingo, de instruir a sus compañeros para hablar del Evangelio, de Jesucristo”.
Luego afirmó que “esta tarea evangelizadora es un constante desafío a volver a las raíces del anuncio, de que todos sean discípulos de Jesús. Es un desafío porque nos invita a preguntarnos si  estamos haciendo esto en la Iglesia. Hoy
también sucede lo que San Pablo le dice a Timoteo como advertencia, el relativismo donde todos tienen la verdad, que cada cosa es según con el cristal con que se mira. Y los cristianos tenemos un mensaje para eso, ese mensaje no es una teoría, nuestra verdad es una persona, es Jesucristo”.
En la parte final de su reflexión pidió al Espíritu Santo “que todos salgamos a anunciar a Jesucristo y que la maravilla de su obra salvadora resplandezca en nuestra vida cristiana. Que cada uno de nosotros se encuentre con Jesús, que se sienta salvado, que entendamos que en Jesús está la verdad y el camino de la verdadera felicidad para todos”.
Al finalizar la Santa Misa los fieles presentes veneraron las reliquias de Santo Domingo.
Luego se compartió un brindis en el patio externo del convento.