Camino a la Beatificación

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19 mayo 2015

Procesión de la Virgen de la Dulce Espera y bendición de embarazadas

El sábado 16 de mayo concluyeron las festividades en honor a la Virgen de la Dulce Espera en la zona  norte de la jurisdicción parroquial de Santa Rosa de Lima. La procesión se inició a las 17.30 desde la rotonda del barrio Piloto y recorrió las calles del sector con las imágenes de Santa Rosa de Lima y la Virgen de la Dulce Espera, terminando en el Oratorio, que lleva su nombre,  donde se celebró la Santa Misa.
Durante su homilía, el párroco, Pbro. Armengol Acevedo, destacó que “estamos celebrando a la Patrona de esta parte de la comunidad parroquial, a la Virgen María embarazada, llevando en su seno la esperanza del nacimiento de su Hijo Jesús. Esperanza que tienen muchas mujeres de tener a sus hijos entre sus brazos. Por eso pedimos que Ella les consiga de parte de Jesús esa gracia”.

“Hoy la Iglesia nos invita a levantar nuestra mirada al Cielo, no como firmamento sino a Dios desde donde salió Jesús, para estar entre nosotros y tomar la naturaleza humana. Naturaleza con la cual regresa  a su Padre y entra en la vida divina de la eternidad, para mostrarnos así  el destino al que tenemos que apuntar en nuestra vida cristiana. Para participar de esta felicidad eterna debemos seguir a Jesús haciendo obras buenas”, apuntó el sacerdote.
Asimismo, afirmó que “lo que nos aparta de ese bien absoluto es el pecado,  pero el Padre nos envió a su Hijo para que nos alejemos del mal y sigamos a su Hijo para volver purificados a su morada eterna. Por lo tanto, seguir con fidelidad a Jesús nos asegura que vamos a estar con Dios en el Cielo. Ésta es la verdad que ilumina nuestra vida
de creyentes, que hemos salido de Dios porque Él nos ha creado, y nos ha hecho para Él”.
Pidió al Espíritu Santo “que esta verdad de nuestra fe nos ayude a vivir en este mundo haciéndonos cargo de las cosas de cada día, pero con nuestro corazón puesto en el Cielo, porque nuestro corazón está hecho para Dios. Y esto es lo primero que Jesús nos muestra volviendo a la Casa de su Padre”.
Por último, expresó que “la otra lección de este día es que Jesús cuando dijo: ‘Vayan y prediquen el Evangelio’ pone en las manos de la Iglesia la continuidad de su misión. Entonces también pidamos al Espíritu Santo que nos ayude a que todos conozcamos estas verdades y aprendamos a vivir con alegría esta vida, que es regalo de Dios”.

Al finalizar la Santa Misa, el Padre Acevedo agradeció a los miembros de la comunidad que hayan trabajado unidos para honrar a su Patrona, preparando y participando diariamente del rezo del Santo Rosario y la Novena, como así también la Procesión y Santa Misa de ese día.
Luego bendijo los vientres de las embarazadas presentes.