Camino a la Beatificación

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24 mayo 2015

Como regalo de Pentecostés, la Diócesis de Catamarca tiene una nueva parroquia


Mons. Urbanc llamó a los fieles a conformar una parroquia eucarística y misionera, bajo el influjo del Espíritu Santo.

El sábado 23 de mayo, vísperas de la Solemnidad de Pentecostés, el Obispo Diocesano, Mons. Luis Urbanc, creó la parroquia número 29, dedicada del Espíritu Santo, y nombró a su primer párroco, el Pbro. Santiago Granillo, durante una ceremonia concretada en el Año Diocesano de los Laicos, dentro de la Misión Diocesana Permanente.
Los fieles de la nueva parroquia y otras vecinas colmaron el templo ubicado en el barrio Los Ceibos (500 Viviendas), sector norte de la ciudad capital, y ocuparon gran parte del predio que lo comprende para compartir la Santa Misa, presidida por el Obispo Diocesano y concelebrada por sacerdotes del clero local. El oficio religioso contó con la participación del Intendente de San Fernando del Valle de Catamarca, Lic. Raúl Jalil, y la concejal Jimena Herrera.
En el inicio del acto litúrgico, el Pbro. Rogelio Suárez, párroco de Nuestra Señora del Rosario, con sede en La Merced, departamento Paclín, dio lectura a los decretos de creación de la nueva parroquia, detallando Patronos y límites geográficos; y el correspondiente a la designación del Pbro. Santiago Granillo como primer párroco de esta porción de la Diócesis de Catamarca.
Durante la Liturgia de la Palabra, Mons. Urbanc entregó al nuevo párroco el Leccionario, que contiene las Sagradas Escrituras que debe enseñar y compartir durante toda su vida, anunciando a Dios en todo momento.
Al finalizar la proclamación del Evangelio, el Obispo inició su homilía dando gracias a Dios “por este regalo tan importante, que es la creación de una nueva jurisdicción parroquial en Capital”. Agradeció a las comunidades y a los párrocos de Santa Rosa de Lima y de la Santa Cruz, a cuyas jurisdicciones pertenecían los fieles de la actual parroquia, “por su trabajo a lo largo de estos años para ir forjando una conciencia de lo que significa ser comunidad”. También expresó su gratitud hacia “los muchos sacerdotes que han trabajado, pero de un modo particular a los más cercanos que han ido conformando esta realidad como si fuera un sueño, al Padre Antonio Bulacio, quien trabajó mucho para tener este espacio, que hoy nos sirve como templo; a los Padres Misioneros Redentoristas, que también han ido acrecentando un poquito este salón, animando a la comunidad, y al Padre Santiago, quien va a quedar al frente de esta comunidad por los primeros seis años, enseñándoles a caminar juntos”. Además, agradeció a las autoridades que colaboraron para que esto se hiciera realidad. “Esperamos más ayuda para que este ambiente sea cada
vez más acogedor, para que desde aquí se irradie el mensaje de Jesús a los distintos rincones, distintos barrios de esta jurisdicción parroquial, que está puesta bajo la advocación del Espíritu Santo. Así lo han querido los que han comenzado a misionar acá, impulso que se dio con el Padre Sonzini”. Resaltó que “los Padres Redentoristas han ido imprimiendo entre ustedes, que el Cura Brochero, beato, sea uno de los Co-Patronos de la parroquia, al igual que el querido Padre Pío de Pietrelcina”.

“Hay que salir a la calle a llevar a Jesús”
En otro tramo de su predicación, Mons. Urbanc expresó: “Estamos creando esta parroquia en la víspera, en la vigilia de Pentecostés. Y ustedes tendrán que ser una parroquia modelo, porque el Espíritu Santo nos ayuda en el discernimiento para saber distinguir qué viene de Dios y qué no viene de Dios. Todos ustedes, con el párroco, quien los guía como un buen pastor, tendrán que aprender a discernir qué quiere el Espíritu Santo para esta comunidad”.
 “El Espíritu Santo nos da fuerza, como dice el texto de los Hechos de los Apóstoles, que les dio una fuerza, un coraje, una valentía que los hizo salir en estampida a anunciar a Jesús. Entonces, ustedes tienen que ser una parroquia misionera, es lo que pide el Papa”, manifestó el Obispo, enfatizando que en este año especial, “los laicos tienen que ser verdaderamente misioneros. Salir a la calle, hay que llevar a Jesús, hay que ir casa por casa llevando el mensaje del amor de Nuestro Señor Jesucristo, llevando su misericordia y su bendición a los hogares. Esto es lo que provoca el Espíritu, una Iglesia que va al encuentro de los demás. Ojalá que ustedes, con esta ayuda del Espíritu Santo, tengan la fuerza que tuvieron los apóstoles”.

Para finalizar, se dirigió al Padre Santiago expresando: “Que esta Palabra de Dios, la puedas anunciar siempre, que puedas administrar los sacramentos, el Bautismo, la Reconciliación, visitar a los enfermos y ungirlos con el óleo de los enfermos y los otros que serán siempre el centro de esta comunidad, que sea eucarística y misionera”.
Posteriormente, el nuevo párroco realizó su profesión de fe ante el Señor Obispo y toda la comunidad, seguido de los juramentos de obediencia al Pastor Diocesano y a sus sucesores, y renovó las promesas sacerdotales, que hizo el día de su ordenación. Estos momentos se vivieron con especial atención y fueron coronados con un fuerte aplauso.
En el momento de las ofrendas, representantes de las comunidades que conforman la parroquia del Espíritu Santo acercaron al altar los óleos sagrados, que el sacerdote utilizará para bautizar, confirmar y ungir a los enfermos, asegurándose de impulsar la vida
sacramental de sus fieles.

Del flamante párroco
Después de la comunión, miembros de la parroquia Santa Rosa de Lima acercaron presentes al nuevo párroco, quien agradeció y dirigió unas palabras.
“Al iniciar este camino como nueva parroquia, quisiera ante todo y en nombre de todos los que ahora forman parte de ella, dar gracias al Señor por el cumplimiento de su promesa de darnos al Santo Espíritu, y en este año, ese don se convierte en parroquia, una nueva comunidad parroquial de discípulos misioneros de Jesucristo para el extenso norte de nuestra ciudad capital. Estoy seguro que su misericordia así lo ha querido”, expresó el sacerdote, quien agradeció “la bendición de Dios de ser el primer párroco de esta comunidad, que se desprende de la parroquia Santa Rosa de Lima. Doy gracias por los muchos sacerdotes que han pasado sirviendo y animando lo que hoy nosotros podemos ver y ser testigos, a los muy recordados Padres Redentoristas”.

Dirigiéndose a los parroquianos dijo que “tenemos un gran desafío en este tiempo de nuestra historia, y es ayudar a redescubrir la belleza y la alegría de ser cristianos. Hoy hago mías las palabras de los Obispos en Aparecida: ‘Hemos de mostrar, como nueva parroquia la capacidad para promover  y formar discípulos misioneros que respondan a la vocación recibida y comuniquen por todos lados, por desborde gratitud y servicio, el don del encuentro con Jesucristo’”.
Al finalizar la Santa Misa, los sacerdotes saludaron en la entrada del templo y posteriormente compartieron un brindis a la canasta con toda la comunidad parroquial.