Camino a la Beatificación

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25 julio 2013

Misa de Apertura de la JMJ RÍO 2013

Miércoles 24 de julio

Entre el viento y la lluvia, blandiendo banderas e inmersos en una geografía de mar y morros de la playa de Copacabana, los cientos de miles de jóvenes peregrinos de la Jornada Mundial de la Juventud 2013 participaron de la Misa de Apertura que fue presidida por monseñor Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro.
Algunos párrafos de la homilía:

“¡Estamos iniciando la Jornada mundial de la Juventud Río 2013! ¡Sean todos bienvenidos! ¡Esta ciudad maravillosa se tornó más bella con la presencia de ustedes! ¡Una gran alegría nos invade: ustedes están aquí! (…). Ustedes están siendo parte de nuestra familia en este bello e importante momento de la historia! (…).
Esta semana, Río es el centro de la Iglesia, viva y joven. (…) Ustedes vienen de diferentes partes del mundo para juntos compartirnos la fe y la alegría del discipulado. Esa felicidad nos fortalece y nos invita a ir al encuentro de los demás jóvenes, a hacernos misioneros en todas las naciones. El mejor regalo que damos a otras personas es la presencia de Cristo que nos impulsa a amar y a darnos siempre en diálogo fraterno.
Aquí llegamos también después de dos años de peregrinación de los símbolos de la JMJ en nuestro país: la cruz de la juventud y el ícono de Nuestra Señora que ahora estarán presentes en nuestros actos centrales (…).
Somos llamados a ser protagonistas de un mundo nuevo (…). ¡El mundo necesita jóvenes como ustedes! (…)
Anden por esta ciudad testimoniando a Jesucristo, comprometiéndose con un mundo nuevo, contagiando a todos con la alegría y la paz de Cristo, como centinelas del mañana, trabajando en la renovación del mundo a la luz de Dios (…).
Ustedes, queridos jóvenes, son el presente esperanzado de una sociedad que espera que su crisis de valores tenga una solución. Son llamados a formar una nueva generación que vive la fe y la transmite para la generación siguiente. ¡Somos invitados a experiencia de fe de la cual salir revigorizados! (…) El primer peregrino, que ya está entre nosotros, el Papa Francisco nos indicará caminos durante estos tres días. ¡Queridos jóvenes: no tengan miedo de abrir sus corazones para Cristo! (…).

Tenemos muchas barreras e injusticias que superar. Vamos construir puentes en lugar de muros y obstáculos (…). Es tiempo de despertar confianza y esperanza que se transformen en actitudes para un mañana de luz.
María, de tantos nombres e invocaciones, y aquí en Brasil invocada como Nuestra Señora de Aparecida patrona principal, y también Nuestra Señora de Pena, Nuestra Señora de Nazareth, seguirá siendo compañera y madre de todos los jóvenes. En Ella confiamos a cada uno de ustedes para que, recibiendo a Cristo que ella nos trae, caminen por el mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización, siendo protagonistas de un mundo nuevo (…).
Durante la Jornada aprenderemos a decir: “Habla, Señor, que tu siervo escucha” (…).
“¡Estamos iniciando la Jornada mundial de la Juventud Río 2013! ¡Sean todos bienvenidos! ¡Esta ciudad maravillosa se tornó más bella con la presencia de ustedes! ¡Una gran alegría nos invade: ustedes están aquí! (…). Ustedes están siendo parte de nuestra familia en este bello e importante momento de la historia! (…).
Esta semana, Río es el centro de la Iglesia, viva y joven. (…) Ustedes vienen de diferentes partes del mundo para juntos compartirnos la fe y la alegría del discipulado. Esa felicidad nos fortalece y nos invita a ir al encuentro de los demás jóvenes, a hacernos misioneros en todas las naciones. El mejor regalo que damos a otras personas es la presencia de Cristo que nos impulsa a amar y a darnos siempre en diálogo fraterno.
Aquí llegamos también después de dos años de peregrinación de los símbolos de la JMJ en nuestro país: la cruz de la juventud y el ícono de Nuestra Señora que ahora estarán presentes en nuestros actos centrales (…)
Somos llamados a ser protagonistas de un mundo nuevo. (…) ¡El mundo necesita jóvenes como ustedes! (…).
Anden por esta ciudad testimoniando a Jesucristo, comprometiéndose con un mundo nuevo, contagiando a todos con la alegría y la paz de Cristo, como centinelas del mañana, trabajando en la renovación del mundo a la luz de Dios (…).
Ustedes, queridos jóvenes, son el presente esperanzado de una sociedad que espera que su crisis de valores tenga una solución. Son llamados a formar una nueva generación que vive la fe y la transmite para la generación siguiente. ¡Somos invitados a experiencia de fe de la cual salir revigorizados! (…). El primer peregrino, que ya está entre nosotros, el Papa Francisco nos indicará caminos durante estos tres días. ¡Queridos jóvenes: no tengan miedo de abrir sus corazones para Cristo! (…).
Tenemos muchas barreras e injusticias que superar. Vamos construir puentes en lugar de muros y obstáculos (…). Es tiempo de despertar confianza y esperanza que se transformen en actitudes para un mañana de luz.
María, de tantos nombres e invocaciones, y aquí en Brasil invocada como Nuestra Señora de Aparecida patrona principal, y también Nuestra Señora de Pena, Nuestra Señora de Nazareth, seguirá siendo compañera y madre de todos los jóvenes. En Ella confiamos a cada uno de ustedes para que, recibiendo a Cristo que ella nos trae, caminen por el mundo como discípulos misioneros de la nueva evangelización, siendo protagonistas de un mundo nuevo (…).
Durante la Jornada aprenderemos a decir: “Habla, Señor, que tu siervo escucha” (…).